Monday, October 19, 2009

15. Lluvia.

El problema a la mano no era precisamente la lluvia cayendo afuera del edificio. Esa era en verdad la última de las preocupaciones en la cabeza de A. Un paraguas siempre está guardado debajo del escritorio de su oficina, especificamente para días como éste.

J se sentaba frente a ella, en su mínima mesa de trabajo. El reloj de la pared se movía inexorablemente, recordandole a A que pronto sería la hora de irse. Sospechaba que J no tendría paraguas. La chica había estado mirando la ventana panorámica con expresión idiota el último cuarto de hora y aunque esto la sacaba de sus casillas A no podía evitar admitir que le parecía un poco lindo también. ¿Cómo era posible que esta criatura tan indefensa sobreviviera salir a la calle todos los días? Era de verdad un misterio.

-Ya es hora de irnos-dijo A. J miró hacia el reloj con ojos sorprendidos y se levantó rápidamente. 

-¡Ah! No me había dado cuenta de la hora, disculpe-.

-¿Tienes con qué cubrirte de la lluvia?-preguntó A con una sonrisa a tiempo que se levantaba también y buscaba su paraguas debajo del escritorio-Podemos compartir el mío si no te molesta. Esperaré hasta que te vayas en un taxi.

J se sonrojó y asintió-Gracias-dijo.

Era confuso y a veces desesperante, pero era solo por momentos como éste A soportaba tener a tan patética mujer por empleada.