Tuesday, March 31, 2009

05. La calle.

El niño de los ojos como platos se chupa el dedo a veces. Su pulgar es largo y delgado, con una punta roja y redonda como un chupete. Es plano del lado en que la lengua presiona contra el. La vieja lo mira silenciosa y dice conversacionalmente,--Es viernes.
Los platos la miran, y ella no parpadea siquiera. Los platos si parpadean, pero la mujer mira hacia otro lado y señala el cielo.
--¿Es viernes?--Pregunta, y el niño de los platos por ojos asiente y muerde su chupete, tratando de encontrar el delicioso y dulce jugo adentro. La vieja asiente tambien y una mujer pasa a su lado, dejando una moneda en la taza sentada junto a la anciana que yace desmadejada en la acera.
La vieja grita--¡Es viernes!--tratando de quejarse por el maltrato psicológico que es que te crean pobre y andrajoso. Ella no es pobre y aunque ya ha perdido todos sus dientes, todavia tiene sus facultades pensantes, no como esa mujer que le tiro la moneda. Es un insulto, piensa la vieja dentro de su cabeza, y su boca grita ¡Es viernes!
El niño de los platos en los ojos toma la moneda y la guarda en su escondite. Formará parte de su tesoro algun día.
La mujer corre por las sucias calles, huyendo del barullo. El día en que decidió probar que se sentía hacer una buena acción, fue confundida de esta manera. Ya nadie recibirá mas caridad de su bolsillo.
La vieja se sienta y no recuerda en que momento se paró, mira los platos del niño de los ojos y menea la cabeza de un lado al otro, negando,--Es viernes--se lamenta y el niño del futuro tesoro chupa su pulgar sangrante y asiente.