el silbido se podía oir desde el lado opuesto de la calle.
más que un silbido eran como las campanadas de un reloj recordandote cuantos preciosos segundos perdias a cada paso.
un tintineo, si, eso.
acompasado por el cuentavibraciones que descansaba sobre el auto de Mike, el tintineo nos seguia, lo escuchabamos todos, como si fuese una maldición escondida en nuestros cuerpos al nacer y hubiese sido activada por la fría lluvia de las ultimas semanas.
al principio nada fuera de lo ordinario había sucedido, pero entonces las chicas empezaron a enloquecer.
Susan escapó al bosque dos días después de la luna llena y no volvimos a saber de ella. pensamos que solo era un virus, algo extraño y dificil de descifrar, pero no algo mortal.
Luego Karen y Josie fueron encontradas junto al lago sin vida y sin ningun indicio que demostrara como habian muerto y el resto empezamos a sentirnos inquietos.
ahora nos reunimos todas las noches bajo el puente, todos juntos. nos miramos los rostros mutuamente y leemos el terror en los ojos desorbitados de nuestros amigos, sus pupilas dilatadas, su respiracion acelerada. puede olerse el miedo a millas de distancia.
han acudido menos de nosotros esta noche y el cielo brilla misteriosamente con tonos rosa palido sobre azul nocturno.
no podremos escapar de nuestro secreto.
el tintineo se vuelve mas rapido y gutural, nos rodea y nos envuelve hasta que se vuelve insoportable.
cuando es demasiado y te cubres los oidos con las manos, ya no es necesario.
no puedes escuchar nada mas.
Thursday, February 12, 2009
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